En la economía del conocimiento, los intangibles explican la mayor parte del valor de una compañía. Así, una empresa que aspire a ser candidata para una fusión o adquisición debe apostar por el capital humano como factor de diferenciación...
Por Álvaro Vigliola - MateriaBiz
En la vieja economía, el capital físico era el principal determinante del valor de una compañía. En efecto, las maquinarias e instalaciones de una empresa eran la clave para obtener economías de escala y mantener una ventaja competitiva.
No obstante, la economía del conocimiento ha generado una serie de cambios en el escenario competitivo, cambios que permiten a empresas relativamente pequeñas alcanzar un valor de mercado comparable al de grandes organizaciones.
Así, compañías de escaso stock de capital físico pueden, a condición de contar con un gran capital intelectual, aspirar a incrementar su valor de mercado y convertirse en candidatas para una fusión o adquisición.
Pero, ¿qué es el capital intelectual?
El capital de una compañía es todo aquello que puede ser transformado en valor económico. Y, desde luego, los procesos, el talento y las relaciones de una empresa son factores capaces de generar valor.
De esta forma, el capital intelectual puede definirse como el conjunto de activos intangibles que posee una empresa.
Si bien existen distintas definiciones, suele consensuarse de que el capital intelectual se compone de tres partes fundamentales: capital estructural, humano y vincular.
1) Capital Estructural
Es el conjunto de procesos estructurantes que la organización posee y que son utilizados y replicables por la misma.
Los ejemplos más relevantes son la marca, las certificaciones ISO 9000, ISO 14000, CMMI, los sistemas de información y toda norma o procedimiento que la organización posea como forma de documentar sus procesos internos.
Cuanto mejor documentados y vigentes estén los procesos y cuanto más extendida y perfeccionada la práctica, mayor será el valor del capital estructural de una empresa.
2) Capital Humano
Es el conjunto de individuos y la cultura de la organización, habitualmente reflejados en sus competencias cardinales, sus valores, su misión y visión.
3) Capital Vincular
Es la capacidad de la organización para poseer y mantener vínculos con el medio, con los individuos y con las instituciones de un entorno que le permiten crecer y desarrollar su negocio.
A mayor cantidad y calidad de vínculos, mayores serán las oportunidades de establecer alianzas y generar nuevos negocios.
Ahora bien, el capital humano tiene una característica distintiva: es el único que cruza transversalmente al capital estructural y vincular.
De esta forma, el capital humano no sólo tiene un valor intrínseco sino que es también clave para construir y perfeccionar los procesos (capital estructural) y establecer vínculos con el entorno, generando oportunidades de negocios (capital vincular).
Así, ¿usted pretende incrementar el valor de su compañía?
Sin dudas, una apuesta por el capital humano es la elección más racional. A mayor capital humano de la organización, mayor impulso sobre el desarrollo de capital estructural y vincular.
En otras palabras, el capital humano desencadena un auténtico efecto multiplicador sobre el capital intelectual y el valor de mercado de la organización.
Y así se comprende por qué, en los últimos años, cada vez más empresas han apostado por una revalorización del ser humano en los procesos productivos para alcanzar un equilibrio donde individuos y organización puedan funcionar en perfecta simbiosis.
En definitiva, en la economía del conocimiento la mayor parte del valor se deriva de los intangibles. Así, la apuesta por el capital humano es la más racional para una empresa que pretenda convertirse en candidata para una fusión o adquisición.
Álvaro Vigliola
Presidente de Buxis
No hay comentarios.:
Publicar un comentario